Virginia Woolf.
¿Cuánto hace que no recibes un carta escrita a mano? Aún recuerdo los momentos de intensa emoción al leer las palabras manuscritas en el papel.
No había espera más apasionada que la llegada del correo que traía noticias cargadas de sentimientos y sensibilidad, en una conversación entre ausentes.
Cartas enviadas desde cualquier parte del mundo con el único propósito de mantener viva una relación familiar, de amistad o de amor.
El viejo arte de escribir cartas manuscritas se extingue, frente a la inmediatez de los correos electrónicos y las redes sociales.
Sin embargo, el género epistolar, contiene algo absolutamente irremplazable: la espera, la pausa. la reflexión.
Quizá la carta a los Reyes Magos sea de las pocas cartas que los niños escriben hoy en día a mano.
Desde la Biblioteca, pensamos en la idea de animar a nuestro alumnado a escribir con la buena excusa de enviar una carta hablando de un compañer@ de clase.
Cartas dirigidas a “nuestra Querida Biblioteca” recomendando a su compañer@, aludiendo a sus cualidades más sobresalientes y enfatizando sus virtudes.
Cierto es que enfrentarse a un folio en blanco supone un cierto desafío. La tarea de documentación, el previo contraste de informaciones, opiniones, conocimientos y datos ayudan, enormemente, a la hora de plasmar en el papel las frases que se quieren poner por escrito.
Para facilitar esta tarea se proponen actividades previas a la escritura de la carta, que serán expuestas en el particular rinconcito de leer.
Comenzaremos con una exposición de libros de nuestra biblioteca o préstamos de otras, relacionados con cartas, correo, correspondencia, escritos…
Cartas a Bárbara. Cartas enviadas por un padre, Leo Meter, a su pequeña hija durante la Segunda Guerra Mundial desde el frente, donde ha sido llevado por los nazis. Un documento entrañable, con reproducción de los dibujos originales, sobre la barbarie de la guerra, aunque esta palabra, por motivos de la censura, en ningún momento aparece en las cartas. Leo Meter. Loguez Ediciones.
La Ruta del Ratón Cartero. ¿Alguna vez has visitado el hogar de un cocodrilo? ¿O el de una ardilla? Sigue al ratón Cartero y descubrirás las casas más divertidas de los animales. Con multitud de detalles y guiños en las ilustraciones, este álbum entretendrá durante horas a los más pequeños? Y el último paquete... ¿para quién será?
Su autora Marianne Dubuc. Ed. Juventud.
Los escribidores de cartas. Una novela fresca y divertida que demuestra que la buena intención de una sola persona puede transformar a toda una comunidad.
El río, o la culebra, cruza el pequeño pueblo de Noaberri. Federico, el cartero, está a punto de perder su empleo.Iria, su nieta, tiene un plan para salvarlo.Pero don Isidoro, el alcalde, odia el río y también a Federico.Mientras las cartas se están muriendo, todos ellos esconden un secreto…¿Adivinas cuál?
Autora Beatriz Oses García. Il. Kike Ibáñez. Ed. Barco de Vapor.
El cartero del espacio. Un precioso cómic que nos hará salir de nuestra zona de confort.
A Bob le encanta su trabajo y su pequeña rutina, fácil y sin complicaciones: ¡para él, el correo es sagrado! A bordo de su nave espacial reparte cartas y paquetes a un montón de gente por toda la galaxia. Al menos, por la parte de la galaxia que él conoce. Pero esta mañana, en la oficina de correos, algo sucede... Un nuevo itinerario acaba con la rutina habitual de nuestro cartero. Aunque de entrada parece que Bob no se adapta a su nuevo trayecto, finalmente se dará cuenta que los pequeños cambios pueden provocar aventuras que vale la pena vivir. Guillaume Perrault. Ed. Juventud.
Cartas que vienen y van. ¡Que pena, ya apenas se escriben cartas…!. Diez destinatarios reciben una carta. Diez canciones con propuestas de actividades para desarrollar las áreas de educación Artística y Musical..
Un originalísimo proyecto cuyo hilo conductor es el deseo de escribir y recibir una carta. Susa Herrera. Ed. Primera Persona.
Y para que volvamos a recuperar el deseo de escribir y conservar cartas, y ésta no sea la última carta, lanzamos el siguiente padlet como escaparate de las cartas enviadas a nuestra Querida Biblioteca.
Porque Yo soy quien escribe la carta,
pero eres TÚ
quien la inspira.