Había una vez unas hermanas que una sentía envidia de
la otra porque ella sabía cantar muy bien y era más guapa que ella.
A Martina, que así se llamaba la que mejor cantaba,
la cogieron en un colegio especializado en la música y en la danza, eso hizo
que Floridiana tuviera más celos de ella y le hiciera la vida imposible.
Un día Martina, como era tan buena, la ayudó a que
cantara mejor y a que cambiara de vestuario. Floridiana se lo agradeció y le
prometió que nunca jamás la trataría mal.
Silvia
Carretero 6ºA
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