12 feb 2015

El entierro de la sardina

El entierro de la sardina es una manera simbólica de despedir el carnaval y volver a la normalidad después de días de fiesta, baile y disfraces.

Muy variadas y distintas son las teorías e historias que tratan de explicar el origen de este singular entierro. 

Una de ellas habla de unos estudiantes  que en el siglo XIX y en la última noche de Carnaval recorrieron las calles vestidos de negro simulando un cortejo fúnebre que iba precedido por una sardina que terminaban quemando ante la expectación de cuantos por allí estaban.

Otra explica que la costumbre de enterrar la sardina nació hace tres siglos en Madrid durante las fiestas que se celebraban para anteceder a la Cuaresma. La gente se reunía en el campo y lo que se enterraba, en efecto y como reclama la lógica, no era un pez, sino un cerdo (otros hablan del costillar del cerdo) al que se llamaba “cerdina”. La tradición, que entonces se transmitía de forma oral, se fue extendiendo por otros pueblos y ciudades del país, pero confundiendo los términos, de modo que la cerdina acabó en sardina, y así, por la vía de la confusión lingüística, la sardina se ha convertido, sin lugar a dudas, en la protagonista del final de las fiestas de Carnaval.

Una historia más cuenta que el rey Carlos III  quiso celebrar el final del  Carnaval con el pueblo llano y ordenó traer sardinas para tal celebración. Fue un día muy caluroso, atípico para la época del año en la que se encontraban. Debido al calor, las sardinas se descompusieron y para alejar el olor que éstas desprendían la comitiva decidió enterrar el pescado en la Casa de Campo.

Parecida versión la que  habla de unos nobles madrileños que encargaron un lote de sardinas del norte de España. Cuando éstas llegaron, estaban en mal estado y decidieron tomárselo con buen humor y unirse a la fiesta para enterrar las sardinas.


Y en qué consiste.

El entierro de la sardina no es más que un desfile por las calles de una ciudad en el que la gente se disfraza y baila haciendo que llora y lamenta la muerte del pez. Generalmente lo que se hace es construir una gran sardina que se sitúa al frente de una procesión metida en un ataúd. Ésta se compone de un nutrido grupo de personajes de todo tipo (viudas, viudos, sacerdotes, etc.) que llora y lamenta la muerte del pez mientras discurre por las calles de una ciudad.


Y este año en el Cole tendremos nuestro entierro particular. Ya tenemos preparada a la protagonista y manos a la obra con la caja que abrirá la comitiva compuesta por todos los alumnos y profes del cole en medio del llanto y la tristeza propia del momento. 
Conocer las tradiciones y compartir actividades que hagan grupo, objetivos perseguidos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja un comentario