Desde el momento que despegó la nave, me
sentí demasiado segura. ¡Adivinad que sucedió!
Yo estaba tranquilamente en la nave y
cuando miré por la ventana, vi a un ser muy extraño, ¡era un alienígena!
Pasaron cinco segundos y, de repente, entró en la nave y me habló en mi idioma:
- ¡Hola! ¿Cómo te llamas?
- Alba, - contesté -.
- Alba, ¿me podías dar un poco de comida?
- ¡Claro que sí!, - le contesté -.
Y
cuando fui a darle un poco de pastel, los trozos salieron volando.
Le
pregunté que porqué había venido y me dijo que su planeta era un poco pobre y
necesitaba ayuda. Él me llevó allí y yo le ayudé dándole bastante comida y
decorando un poco la ciudad con colores divertidos y alegres.
Cuando
me fui me recompensaron con algunos amuletos y un paseo montada en una mascota
llamada “Acuchi”.
Fue una experiencia ¡
FANTÁSTICA!
Alba DÍAZ SERRANO - 5º A Primaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja un comentario