27 nov 2017

Breves historias de narices



ÉRASE UN HOMBRE A UNA NARIZ PEGADO

     Érase un hombre a una nariz pegado que estaba cansado de caminar con tanto peso.
    De repente vino un hada y le dijo: “Te concedo un deseo”. Y pensó cuál elegiría de las dos cosas que quería: tener amigos o hacerle  pequeña la nariz.  Y decidió tener amigos. Y el hada respondió: “Te concedo las dos cosas”. Y el hombre fue feliz.

Ruth Pajares 5º



ÉRASE UN HOMBRE A UNA NARIZ PEGADO.

     Nadie quería ser su amigo. Un día se encontró en su huerto un huevo.  Era... ¡un huevo de dragón!
     Lo crió para que fuera su amigo. Lo incubó, lo cuidó, lo mimó y finalmente  nació y le concedió el  deseo de tener la nariz pequeña. Y fueron buenos amigos.
           
Manuel Galindo Nieto 5º

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