17 nov 2017

El Reino de la Muerte



     Era un frío día de invierno cuando a Foki se le rompió el reloj y no le quedó más remedio que ir a arreglarlo. Cuando llegó a la única relojería del pueblo se encontró una casa con pinta de ser muy antigua. Cuando Foki entró, una señora mayor le dijo que se pusiera cómodo y que esperase a que se lo arreglara.

   -Hola, ¿hay alguien?
   -Hola. Muy buenas.  ¿Quiere que le arregle el reloj?
   -Sí, por favor.
   -Vale, por favor póngase cómodo mientras mi marido le trae un té con pastas.
   -No hace falta que sea tan amable.
   -No, al contrario, siéntese.

      Yo accedí y después de un rato, empecé a oír una vocecilla que decía: “¡Socorro!” y que venía de unas escaleras y cuando subí... Me encontré una lagartija parlante gritando socorro porque una araña gigante se la quería comer. Entonces vi una espada, la cogí y acabé con esa bestia. La lagartija me lo agradeció como pudo y desapareció. Y me aventuré a viajar por ese extraño lugar.

Guillermo Muñoz Pardo.  6º Primaria

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