Era una tarde de verano, el aire acondicionado estaba a tope y el cemento derritiéndose. Yo estaba tranquilamente con el mando de la consola entre mis manos echando unas partidas.
Entonces, llega mi madre y dice que tenemos que salir. No sé en que estaría pensando con el calor que hacía pero da lo mismo.
Al salir, en la casa de enfrente no vi a nadie, ni siquiera alguna luz o escuché el contador de agua. Me pareció extraño pero no le di importancia.
A la vuelta, una sombra negra entró rápidamente en la casa. No me dio tiempo a ver su aspecto porque fue muy deprisa. Más tarde decidí irme a explorar.
La puerta chirriante me dejó los pelos de punta. La cocina con ratas y moho casi me tira al suelo.
Entonces bajé al sótano: si al S-Ó-T-A-N-O. La madera de las escaleras parecía que se iba a partir.
Abrí la puerta y pensé: no sé porque hago estas cosas.
Pero por una vez no hice caso a mi mente y me dejé llevar por la curiosidad.
Al abrir la puerta, recibí un golpe en el estómago y lo noté algo peludo en el segundo que recibí el golpe. Entonces esa silueta abrió sus ojos ROJOS.
Ese momento lo recuerdo un poco borroso en mi mente; creo que mi cerebro reaccionó bien en esos momentos, le dijo a mis piernas que salieran lo más rápido posible de allí. Además esa noche tuve pesadillas.
30 AÑOS MÁS TARDE…
Inventé el OLVIDATOR: es una máquina que hace que olvides algo malo que te haya pasado entre los 3 y los 12 años. Introduje en la pantalla:
casa de enfrente
edad: 11 años.
Mi vida volvió a la normalidad estuve trabajando en el olvidator unos 10 años más.
JUAN PEGUERO GARCÍA, 5ºB
Entonces, llega mi madre y dice que tenemos que salir. No sé en que estaría pensando con el calor que hacía pero da lo mismo.
Al salir, en la casa de enfrente no vi a nadie, ni siquiera alguna luz o escuché el contador de agua. Me pareció extraño pero no le di importancia.
A la vuelta, una sombra negra entró rápidamente en la casa. No me dio tiempo a ver su aspecto porque fue muy deprisa. Más tarde decidí irme a explorar.
La puerta chirriante me dejó los pelos de punta. La cocina con ratas y moho casi me tira al suelo.
Entonces bajé al sótano: si al S-Ó-T-A-N-O. La madera de las escaleras parecía que se iba a partir.
Abrí la puerta y pensé: no sé porque hago estas cosas.
Pero por una vez no hice caso a mi mente y me dejé llevar por la curiosidad.
Al abrir la puerta, recibí un golpe en el estómago y lo noté algo peludo en el segundo que recibí el golpe. Entonces esa silueta abrió sus ojos ROJOS.
Ese momento lo recuerdo un poco borroso en mi mente; creo que mi cerebro reaccionó bien en esos momentos, le dijo a mis piernas que salieran lo más rápido posible de allí. Además esa noche tuve pesadillas.
30 AÑOS MÁS TARDE…
Inventé el OLVIDATOR: es una máquina que hace que olvides algo malo que te haya pasado entre los 3 y los 12 años. Introduje en la pantalla:
casa de enfrente
edad: 11 años.
Mi vida volvió a la normalidad estuve trabajando en el olvidator unos 10 años más.
JUAN PEGUERO GARCÍA, 5ºB
Muy buen relato, muy bien estructurado. No puedo creer que lo haya escrito un niño de 11 años. Bravo!!
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