14 ene 2013

UN CUENTO ANDALUSÍ

Érase una vez una princesa muy muy bella que llevaba dos días en un castillo encerrada o mejor dicho prisionera.
Un joven que pasaba por allí la oyó gritar: ¡Soy la princesa que ha desaparecido hace dos días! 
El joven subió a la torre y, cuando la vio, dijo: ¿Cómo a una princesa tan bella como a usted la han podido encerrar en esta torre? 
La princesa contestó: ¡Vámonos de aquí, que es la hora de la comida y vienen a dármela!
Él la cogió y los dos bajaron de la torre.
-¿Cómo te llamas? 
-Soy la princesa Azahara. ¿Y tú? 
-Soy Abderramán.
Éste fue por todo el pueblo anunciando que la había encontrado. 
Luego, la llevó al palacio y se la entregó al rey y a la reina. El rey le dijo emocionado que, por librarla de su cautiverio, le concedería su mano.
El chico entusiasmado dijo que sí.
Cuando ya casi había llegado la boda, repartieron invitaciones a todo el pueblo.
Dos semanas después... ¡llegó la boda! 
Todo el mundo fue llegando.
Según entraban, le daban los regalos y le decían a Abderramán: ¡Qué suerte has tenido!
Cuando fue la hora de declararse, los dos aceptaron, y colorín colorado este cuento se ha acabado. Con la gente llorando.

Inés Corrales González. 5º A

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