Había una
vez un ladrón de joyas que se enteró por el periódico de que venía un rubí y
decidió ir a ver esa joya. Dependiendo de los quilates que tuviera la joya, la
robaría o no. Al final decidió robarla. Cavó un túnel en un plazo de quince
días porque dentro de esos días se llevarían la joya a otra parte.
Hizo el
túnel detrás del edificio, pero primero había estudiado toda su estructura y
vio la forma más fácil de llegar a la sala donde se encontraba. El muchacho
pasó varias veces por allí para comprobar que su plan saldría bien esa noche.
Entonces, un policía se dio cuenta de que algo pasaba. A continuación el agente
se quedó todo el día pensando en eso, hasta que decidió quedarse toda la noche
a vigilar. De repente oyó unas voces y se dio cuenta de dónde venían, que
salían de un conducto de aire.
El
policía apagó corriendo las luces para que no le descubrieran, el ladrón cayó
en la trampa y fue detenido.
Inés
Corrales González. 6º A
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