Era un día normal, una tarde normal, terminé de
hacer los deberes, mi hermano empezó a molestarme… cosas normales…
Pero, de repente, oí como si la campana de la
iglesia sonara, pero mil veces más fuerte. Me levanté del sofá con el corazón a
mil por hora. Pero los demás ni se inmutaron. Le pregunté a mi hermano si había
oído una campanada fuerte, pero él me dijo que no. Todo era muy extraño… pedí
permiso para salir y me dirigí corriendo hacia la iglesia. Pero allí no había
nadie ni nada. Subí por el canalón hasta la campana. La examiné a fondo y
encontré una lámpara dorada.
Me fui corriendo a mi casa y no se lo dije a nadie.
Directamente me metí en mi cuarto. Tenía un botón rojo que decía: Apriétame. Y
lo apreté. Segundos después apareció un holograma que decía: Si has encontrado
este artilugio del futuro úsalo para: escaquearte del colegio, hacer los
deberes… Pero NUNCA lo uses para hacer daño a nadie. De repente llegaron un
montón de preguntas a mi cabeza: ¿Cómo había llegado ese artilugio al pasado
desde el futuro? ¿Vendría de otro
planeta? ¿Me convertiré en
genio?
Pero lo único que importaba era que podía hacer lo
que me viniera en gana a partir de este momento. Pero entonces vi un mensaje
por la parte de abajo: ADVERTENCIA: si
este artilugio te ha llamado devuélvelo inmediatamente donde lo encontraste:
PENSÉ:
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Juan Peguero García 5º Primaria
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